Dos de los retos en las organizaciones son el cambio y el otro la cultura (pueden estar también primero la cultura y luego el cambio, aunque para otros puede ser en la cultura del cambio o el cambio de cultura – todos ellos retadores sin duda).
Esta semana vimos como en Uber, la cultura que Kalanick quiso construir en una empresa que por su tamaño ya no es un startup, en vez de ayudar, generó un ambiente nocivo de trabajo.
Un club de “Toby” por decirlo en términos coloquiales (nada que aquí en México no suceda todos los días).
Creo que Uber se perdió en el camino. Sus prácticas desgraciadamente terminan afectando la confianza del consumidor en la empresa.
Para algunos, esto no pasa en México con Uber, créanme, el servicio que personalmente me dieron en CDMX hace un par de meses en dos ocasiones muestra que las cosas no andan bien, tal vez haya sido excepción, pero dos veces seguidas a lo mejor es muy mala suerte.
Me llama la atención, cómo pudiendo haber transformado una industria, se fueron por el camino tradicional de esa misma industria.
En fin, solo el tiempo dirá lo que pasa en Uber. Ya hasta un miembro del consejo de administración de la empresa renunció al mismo por haberse aventado un comentario inapropiado.
Considero que a Kalanick solo le dieron un “manazo” y lo mandaron por un rato a la regadera a ver si madura.
El crecer y crecer rápido tiene su chiste y por mas emprendedor que seas, no necesariamente tienes lo que se necesita cuando una empresa crece, ahora bien, una empresa grande es una empresa grande, no necesariamente una gran empresa.
Es triste. Y no crean, temas similares están apareciendo en Airbnb, en donde sesgos raciales están también empezando a aparecer en el servicio.
Como dicen que dijo Drucker, “culture eats strategy for breakfast and dinner” (la cultura se desayuna y cena a la estrategia). Claro que también existe este: “La ejecución se come de almuerzo a la estrategia”.
Y siguiendo con esas dos frases, entramos en el caso de Yahoo!. La empresa que ayer formalmente en los EE.UU. dejó de existir para que al combinarse con AOL ahora sean conocidos como Oath.
Marissa Mayer se fue a su casa con una pingüe compensación de unos USD$120 millones, aunque para los accionistas de Yahoo generó bastante valor (tema que siempre será controvertido). La empresa no pudo transformarse ni al ambiente móvil ni como potencia en publicidad. A ver si Oath puede hacer algo, lo dudo, pero bueno, así es uno. Como AOL, la combinación Oath aprenderá a vivir de los que no les gusta el cambio y hacer dinero de eso.
Los tiempos cambian y en tecnología las cosas podemos medirlas como en “años perro”. Sí, es cierto, en tecnología en ciertas cosas se mueven muy lento, pero en otras muy rápido. Y al final del día, el “timing” es muy importante. No puedes estar antes o después, tiene que ser en el momento exacto.
Por lo pronto, termina una era. Que tengan un buen día.