Ante la era de los medios sociales, la cantidad de información de dudosa procedencia es clara y tenemos un problema que no podemos tapar con un dedo.
Ante ello es claro que tenemos que comportarnos de manera responsable en la diseminación de información. Podemos tener un enfoque cómico al respecto, como el que John Oliver nos ofrece https://www.youtube.com/watch?v=xecEV4dSAXE&feature=youtu.be (por cierto, espero que algún día tengamos en nuestro país medios que tengan el enfoque crítico hacia lo que nos enfrentamos).
Sin embargo, es preocupante como la verdad ya no lo es y cómo las opiniones se transforman en hechos en base a repetición constante, aunque sea en base a auto-confirmación de mentiras. Aquellos que todavía están en redes sociales (desde principios de este año decidí ya no estar en Facebook) o aquellos que propagamos información somos parte de la solución.
De hecho, este año me invitaron a formar parte del consejo editorial ciudadano de elnorte.com (muchas gracias, por cierto), por lo que mis estimados lectores, tienen mi compromiso de que haré todo lo posible por influir en que al menos este medio formal también haga su parte (de hecho es la única opción que tiene para sobrevivir).
Sin embargo, creo que todos tenemos que hacer nuestra parte para combatir este fenómeno de las “noticias falsas”.
Un tema que también requiere atención es para aquellos que somos padres de familia ya que tenemos un reto sobre lo que permitimos que nuestros hijos vean en las redes, pero también las escuelas, quienes todavía no han encontrado la fórmula para que los dispositivos sean un verdadero catalizador para la educación.
Muchas escuelas consideran que poner un “quiz” en línea las hace tecnológicamente avanzadas. O que escribir el texto de la tarea en un “notepad” es la forma en que mejoramos la educación.
Necesitamos pasar del memorizar al pensamiento crítico constructivo. A la solución creativa de de problemas que presenten un mayor reto y que no solamente hagamos repetir al alumno las palabras que ve en la pantalla.
El talento es tan diverso como seres humanos somos, por lo que es necesario encontrar cómo personalizar la educación.
Algunos somos muy estrictos y monitoreamos lo que hacen nuestros hijos, y no me refiero a control de padres, sino a instalar “sniffers” y proxies.
Considero que no podemos tapar la realidad con un dedo, existe mucho contenido que atenta contra la salud mental. Es por ello que debemos tomar en serio nuestra responsabilidad tanto en la sociedad como en nuestras familias.
Así que a ponernos a trabajar.
Que tengan un muy buen día. Saludos.