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Desafíos legales que plantea el blockchain

David Treviño Chief Technology Officer at CITI Value in Real Time

Enero 16, 2017

El blockchain aún está en una fase incipiente, pero su despliegue ya plantea vacíos legales que obligarán a crear nuevos marcos jurídicos. Estos son los retos que plantea.

El despegue del blockchain avanza a paso lento pero firme. Aunque para el consumidor de a pie siga siendo una tecnología desconocida, en industrias como la banca se están llevando a cabo importantes inversiones para desarrollar proyectos que la incorporen en sus servicios.Tanto es así que, según algunos informes, en los próximos 3 años más de la mitad de las entidades habrá adoptado esta tecnología, y asociaciones como Ametic se han propuesto impulsar el blockchain como fuente para el desarrollo de nuevos modelos de negocio y elemento clave en la Sociedad de la Información que está por venir. ¿Qué es bitcoin?


Esfuerzos como estos pretenden dar forma técnica y jurídica a esta tecnología de cadenas bloques que aún se encuentra en sus primeras fases de desarrollo. De ahí que plantee algunos dilemas legales que ni si quiera desde los sectores industriales que están ahondando en ella saben bien cómo resolver.

Para poner algo de luz al asunto, el BBVA ha elaborado el informe “Blockchain in Financial Services: Regulatory Landscape and Future Challenges for its Commercial Application”, para analizar los desafíos (y vacíos) legales que plantea el blockchain y qué regulación habrá que definir en cada caso.

El estudio concluye que es necesario crear marcos legales y regulatorios para las siguientes situaciones, si queremos que el blockchain ofrezcan garantías plenas:

1. Responsabilidad legal y última: Uno de los elementos más atractivos del blockchain es su descentralización, ya que permite registrar información de forma segura y distribuida sin necesidad de intermediarios. Sin embargo, esto afecta a la territorialidad: os registros digitales no tienen una localización específica y por tanto cada cada nodo de la red puede estar sujeto a una ley distinta. Si algo funciona mal, no hay un responsable último legal.

2. Veracidad jurídica: Aunque las cadenas de bloques son técnicamente invariables y no se pueden manipular, no existe un marco legal que garantice esta inmutabilidad ni las defina como fuentes de veracidad. Por tanto la seguridad de la tecnología blockchain no puede emplearse como argumento ante un tribunal.

3. Incompatibilidad con el derecho al olvido: la inmutabilidad del blockchain puede entrar en conflicto con derechos reconocidos legalmente, como el derecho al olvido. Si un ciudadano quiere eliminar cierta información sobre él y ésta está registrada en una cadena de bloques, no podrá hacerlo; como mucho, habrá que crear un nuevo estándar de  “imposibilidad de uso”, para que nadie puede acceder a esa información.

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4. Validez jurídica de los documentos almacenados: además de otorgar validez legal a la inmutabilidad del blockchain, hará falta otro nivel de verificación que reconozca los documentos que estén registrados en las cadenas de bloques. Es decir, que si estos declaran la propiedad o existencia de un activo, esto tenga validez legal.

5. Validez legal de los instrumentos financieros emitidos: hará falta un reconocimiento jurídico que valide los instrumentos financieros emitidos en las cadenas de bloques. Tendrá que haber una autoridad competente, un supervisor, que reconozca la legitimidad de los bonos, derivados o cualquier otro instrumento registrado en las cadenas de bloques.

6. Contratos inteligentes: el problema de la territorialidad y la responsabilidad mencionado en el punto 1 también afecta a los contratos comerciales. Cuando dos partes firmen un acuerdo de este típico, este documento no tendrá una localización específica, o dicho de otro modo, a cada una le afectará una jurisdicción distinta. En caso de no respetarse el contrato o de error, ¿quién responderá?

7. Registro para el IoT: un uso interesante de la cadena de bloques es su aplicación al Internet de las Cosas. Pero en esta tecnología todo tiene una identidad, así que habrá que crear un registro común compartido para almacenar esos datos identificadores y que así los objetos se comuniquen entre ellos y hagan transacciones.

Fuente: Ticbeat