Esta semana se anunció la compra de la empresa de Israel, Mobileye por parte Intel. La transacción está valuada en USD$15.3 mil millones.
Por una parte, muchos no han escuchado de Mobileye, por otra queda la pregunta, ¿Por qué tanto dinero? La apuesta de Intel es posicionarse en un mercado que tenga crecimiento para la tecnología y ese mercado es el automotriz. Por ejemplo, Israel tiene unos 350 startups en el ramo automotriz, además de liderazgo en software de reconocimiento de imágenes y seguridad.
El tema de fondo, a mi juicio, está en ver si algún día la industria automotriz producirá vehículos autónomos que lleguen al “mainstream”. Las notas en los medios nos hablan de que diversas compañías ya están haciendo pruebas de campo. Pero también nos hablan de los retos a los que se enfrentan.
¿Cuál es mi perspectiva? Que mientras existan conductores humanos los vehículos autónomos tendrán retos importantes. La evidencia científica muestra que los humanos somos emocionales e irracionales y más al volante.
Personalmente me gusta la idea de que el automóvil se convierta en otro gadget más, pasamos mucho tiempo en él y la realidad es que manejando desperdiciamos mucho tiempo. Para empezar, creo que debería ser obligatorio que todos los automóviles cuenten con conexión a datos y que se produzcan estadísticas sobre las características de manejo que como conductores tenemos.
Sin embargo, la industria automotriz tiene que ponerse a trabajar de forma colaborativa para poder ver vehículos autónomos, es decir tenemos que verlos colaborar. Los retos que cada empresa de autos de manera independiente tiene que afrontar son muchos, desde los temas de reconocimiento visual, toma de decisiones, aprendizaje automatizado, sistemas expertos y un montón de cosas que ni me imagino. Hace muchos años en la maestría tomé cursos de inteligencia artificial y sistemas expertos, es cierto, las técnicas de aprendizaje automatizado han avanzado, pero los humanos no tanto.
Además, los caminos por donde se moverán estos vehículos autónomos e inteligentes no cuentan con inteligencia y esto a mi juicio también es necesario. Si tendremos vehículos inteligentes también necesitaremos caminos inteligentes.
Espero llegar con vida a ese día en donde circulen automóviles inteligentes, autónomos y veamos una reducción en los accidentes de tránsito, además de que los mirones de dichos accidentes no obstaculicen el tráfico.
No dudo que se logren avances tecnológicos en el intento y que antes de los vehículos autónomos tengamos automóviles más inteligentes, seguros, amigables y útiles, estoy seguro de que existirán, sin embargo, desempolvando mi bola de cristal, aunque los medios vean a los vehículos autónomos en las calles para el 2030, yo no los espero antes del 2050. Eso sí en las carreteras, no en ciudad es donde veremos su uso inicial.
Lo que me queda de esto, es que, aunque en México produzcamos automóviles, estamos muy lejos de llegar a ser un innovador en este campo, por lo que a ponerse las pilas y colaborar entre los “clusters” que existen en el país (automotriz y de software). Aunque la pieza clave será empacar la inteligencia en semiconductores, cosa que Intel vio y que Mobileye aparentemente está haciendo.
Creo que tenemos potencial, pero mientras ese potencial no se convierta en energía cinética y sobre todo en talento, las cosas seguirán igual. “AI is hard” como diría un controvertido personaje norteamericano.
Que disfruten el día y “happy driving”.