Primero empecemos con la definición de transformación digital: cambios asociados con la aplicación de la tecnología digital en todos los aspectos de la sociedad. La transformación digital no es sobre la tecnología digital en sí misma, sino sobre pensamiento estratégico, es cierto, requiere actualizar la arquitectura de TI, pero la actualización más importante es en el pensamiento estratégico sobre el uso de la tecnología digital.
Estamos inmersos en la era digital, lo que algunos llaman la cuarta revolución industrial, sin embargo no todas las economías están al mismo nivel de cultura digital, ni tienen los mismos niveles de inversión, infraestructura, capacidades, habilidades y nivel de pensamiento estratégico e innovador.
La abundancia de ciclos de CPU, la reducción de precios de procesamiento, el fenómeno de “freelancers”, la nube, redes sociales, la digitalización de los sensores, todos estos son antecedentes que ahora están permitiendo que la industria tenga el potencial de transformar su núcleo haciéndolo digital.
Se requiere de una visión holística de la estrategia de negocio y del uso de la tecnología. Y los sectores donde los cambios pueden ser más benéficos son los de salud, energía y uno que no se caracteriza mucho por el cambio: el gobierno.
Es necesario convertir los datos en activos estratégicos y entender de la creación de valor en base a los datos, entender de causa efecto en base a la información.
Así mismo, la creación de valor en base a datos requiere de que entendamos los riesgos de seguridad y privacidad a los que nos enfrentaremos.
En el tema de transformación digital apenas estamos empezando, industrias como la automotriz, la de salud, de seguros y financiera tendrán cambios significativos en los próximos años. Sin embargo también los gobiernos. Eso sí, existirán temas regulatorios que generarán fricciones, de hecho ya los estamos viendo con el tema de Uber.
Las plataformas son de mención especial ya que presentan singular importancia en esta era. Ejemplos de plataformas son el iPhone e iOS de Apple, Android de Google, Facebook, Amazon, Airbnb y Uber. En China podemos citar a Alibaba. Las plataformas pueden ser abiertas o cerradas y parte del valor de la misma está en los usuarios (efecto de red) y los beneficios que la plataforma les proveen.
Eso si, no tienes que ser una empresa de tecnología o estar en Silicon Valley para tener éxito en la era digital, como ejemplo tenemos a Allianz, Air France, Cinepolis, Burberry, P&G, Nike, Starbucks, Asian Paints e Inditex.
En México, guardando las proporciones “digitales” con nuestros vecinos del norte, sobre todo por temas de cultura, situación de desarrollo económico, infraestructura y de bancarización, podemos mencionar como ejemplos de transformación digital a Telcel, al pasar de un modelo de prepago con tarjetas físicas a recargas electrónicas, en Telmex con la transformación de las sucursales en tiendas en donde el recibo telefónico se convierte en una plataforma de pagos, al esfuerzo que Oxxo está haciendo para convertirse en una plataforma de negocios con otros jugadores como son Amazon, pagos de servicios y corresponsalías bancarias y a Transfer de Banamex, quienes en conjunto con Telcel e Inbursa están trabajando en una plataforma de dinero móvil. De estos 4 ejemplos, CITI Value in Real Time ha participado en dos de ellos.
El reto principal en nuestro país, como ya lo he mencionado en otras ocasiones, es que podamos entender sobre innovación, experimentación, prototipos y sobre todo hacer el esfuerzo por entender al cliente y generar valor. Es necesario hablar de flexibilidad y agilidad. Pero también es un reto de mentalidad, que entendamos que podemos ser líderes en esta era, sólo es cosa de querer serlo y eso no es un tema de tecnología.
Para ser un disruptor en los modelos de negocio y en la era digital necesitamos enfocarnos en dos partes del modelo de negocio, la propuesta de valor y la red de valor, creando en ambas una disrupción respecto a un modelo de negocio ya establecido.
El tema es muy extenso, es por ello que incluyo cinco referencias bibliográficas que nos pueden ayudar a profundizar en el tema, una de ellas, Information Rules es un clásico (uno de los autores, Hal R. Varian, es ahora el Chief Economist de Google, este libro lo leí allá por 1998 y sus conceptos siguen siendo válidos). Por cierto, el talento también es un tema al que se le debe poner mucha atención, sin embargo no tienes que ser un Google para tener las habilidades de la era digital(es cierto, Google por ejemplo tiene entre su personal a Varian y a Cerf), pero se puede lograr si puedes darte tiempo, tener tenacidad, desarrollar liderazgo y tener claro a dónde vas. Es necesario entender que la era de los genios individuales como Steve Jobs ha pasado y el éxito de las organizaciones ahora depende del trabajo en equipo y en tratar a la gente como gente.
El tema al final del día no es de dinero, tal y como Steve Jobs dijo alguna vez: “La innovación nada tiene que ver con cuánto se gasta en investigación y desarrollo. Cuando Apple sacó la Mac, IBM gastaba más de 100 veces en investigación. Esto no es sobre dinero; éste es un asunto de personas, de liderazgo y de qué tan claro tiene uno el panorama”.
Que tengan una excelente semana.