Los gobiernos a nivel mundial, al igual que sus contrapartes comerciales, están actualmente luchando contra el Ransomware. Las instituciones públicas, cuentan con datos críticos, sensibles y valiosos que los cibercriminales apuntalan para hacer negocio.
La protección de los activos digitales del gobierno requiere atención minuciosa, ya que las amenazas evolucionan y se vuelven aún más sofisticadas.
Un ataque exitoso en gobierno podría arrojar desde robo de identidad en redes sociales, cambio de identidades hasta inhabilitación de los sistemas de operación, fallas en servicios a la población como agua potable, electricidad, cámaras de vigilancia, y más alarmante, robo de información personal de ciudadanos, información confidencial de los funcionarios y del país.
Sin pasar por una exhaustiva lista de buenas prácticas de seguridad, vale la pena recalcar algunas recomendaciones: