Uno de los retos en el ámbito empresarial es definir el papel que las tabletas juegan en la infraestructura, en el mercado de consumo, es claro que un equipo ligero, con un arranque rápido y con simplicidad satisface al consumidor.
Sin embargo uno de los retos en el ámbito empresarial es la compatibilidad con las aplicaciones y dispositivos que se conectan a las tabletas.
Uno de los temas con Android e iOS en tabletas es que por su orientación inicial, algunas tareas como las múltiples ventanas son más complicadas. Aunque ya están trabajando en ellas todavía es un reto hacer el cambio entre las apps y sólo tener la posibilidad de dos ventanas abiertas una al lado de la otra.
El otro reto para que las tabletas desplacen a los equipos portátiles es el soporte de dispositivos externos, por ejemplo micrófonos profesionales (muchos de ellos basados en USB). No digamos el conectar cámaras y dispositivos de medición. Esto por un lado es una oportunidad, pero actualmente es una limitación.
La línea Surface de Microsoft alivia esta debilidad dado que está basada en Windows y es compatible hacia atrás. Sin embargo la principal limitación de la Surface a mi juicio es su principal ventaja, es decir, el correr Windows.
Definitivamente existe un reto para las tabletas, que eventualmente será superado: el ser un substituto de la laptop, en el inter, la Surface de Microsoft ganará algunos adeptos, sobre todo en el ambiente empresarial, pero a la larga en el mercado de consumo, tendremos un dispositivo con lo mejor de ambos mundos. Una de las tecnologías habilitadoras para ello es el almacenamiento de estado sólido y el poder almacenar todo el estado de la computadora para facilitar el arranque.
A mi juicio, el ganador será aquel que permita una interacción sencilla con herramientas de oficina y aunque existen muchísimas opciones, el estándar de facto en el mercado es el Office de Microsoft. El principal obstáculo para el Office en las tabletas, desgraciadamente, es el mismo éxito y paradigma de Office.
Todavía existe trabajo por hacer en el tema de los Sistemas Operativos y en el paradigma de interacción hombre-máquina para que lleguemos a dispositivos ligeros, fáciles de usar y que se adapten a tu estilo de vida y trabajo digital. La mayoría de los sistemas operativos profesionales modernos (Mac OS X, Windows y Linux) ya tienen varios años en el mercado y los nuevos como Android e iOS nacen bajo un paradigma diferente. Pero no debemos olvidar las lecciones de Clayton Christensen sobre las tecnologías disruptivas y como van de abajo hacia arriba cuando el consumidor cambia su percepción de valor y eso es lo que al final del día cuenta.
Tal vez solo sea un tema de acostumbrarnos a las “limitaciones” de los sistemas operativos móviles para que podamos reemplazar las laptops con las tabletas profesionales, ya que al final del día muchas de las decisiones para una circunstancia dada está limitada por las decisiones hechas en el pasado, aunque esas circunstancias podrían no ser ya relevantes, es decir lo que los economistas y los estudiosos de las ciencias sociales llaman “Path Dependence”. Como dijeron por allí, “las tabletas expresan el futuro del cómputo”, pero es diferente “ser” a “expresar”, así que todavía falta para que sean.
Cambiando de tema, no debemos dejar a un lado las oportunidades que dispositivos como el Airtame, Chromebit, Chromebox, Remix Mini, Apple TV y Raspberry Pi pueden traernos para hacer inteligentes a los televisores de alta definición de nuestras salas de juntas corporativas. Es más hasta el Microsoft Surface Hub.
Para terminar, considero que Apple tendrá buenas ventas de sus nuevos iPhone SE y de sus nuevos colores de bandas para el Apple Watch. Del nuevo iPad Pro con pantalla de 9.7 pulgadas, de ese, sólo el mercado tiene la última palabra pero mi pronóstico es que les irá bien.
Que tengan un muy buen día estimados lectores.