La semana pasada leí un libro que tenía por allí en mi biblioteca digital, el libro se llama “Homo Deus”, escrito por el historiador israelí Youval Noah Harari, profesor de la Universidad Hebrea en Jerusalén y publicado en inglés en 2016. En su introducción, escribe algo que creo vale la pena reproducir en este espacio:
“La economía global se ha transformado de una economía basada en materiales a una economía basada en el conocimiento. Anteriormente, las principales fuentes de riqueza eran activos materiales como minas de oro, campos de trigo y pozos petroleros. Hoy la principal fuente de riqueza es el conocimiento. Y mientras que puedes conquistar campos petroleros a través de la guerra, no puedes adquirir conocimiento de esa manera.” (Página 15, Homo Deus).
El libro, mismo que lleva como subtítulo: “A Brief History of Tomorrow” es una reflexión sobre todo el tema del impacto de la tecnología en nuestras sociedades a través del tiempo y cómo puede impactar en el futuro de la humanidad, así mismo nos puede servir para entender el humanismo, el socialismo y el capitalismo desde una perspectiva histórica.
Además, toca el tema de la inteligencia artificial y aunque no tengamos máquinas conscientes (desacoplamiento de inteligencia y conciencia) nos muestra las implicaciones que tendrá para el futuro del empleo y de la humanidad y les dejo esta cita:
“Las películas de ciencia ficción generalmente asumen que, para igualar y superar la inteligencia humana, las computadoras tendrán que desarrollar la conciencia. Pero la ciencia real cuenta una historia diferente. Puede haber varias formas alternativas que conducen a la súper-inteligencia, solo algunas de las cuales pasan a través de los estrechos de la conciencia. Durante millones de años, la evolución orgánica ha estado navegando lentamente a lo largo de la ruta consciente. La evolución de las computadoras inorgánicas puede pasar por alto estos pasos, trazando un curso diferente y mucho más rápido hacia la súper inteligencia. Esto plantea una pregunta novedosa: ¿cuál de los dos es realmente importante, la inteligencia o la conciencia? Mientras estuvieron juntas, debatir sobre su valor relativo fue solo un pasatiempo divertido para los filósofos. Pero en el siglo XXI, esto se está convirtiendo en un problema político y económico urgente. Y es alarmante darse cuenta de que, al menos para los ejércitos y las corporaciones, la respuesta es directa: la inteligencia es obligatoria pero la conciencia es opcional.” (Página 313, Homo Deus)
No ampliaré más en el tema, pero para los que puedan leerlo, lo recomiendo. Podemos estar de acuerdo o en desacuerdo con las tesis que plantea, lo que es un hecho es que nos enfrentamos a una realidad diferente, lo queramos ver no y sus implicaciones, desde el punto de vista histórico del desarrollo de la humanidad no son menores.
Uno de los retos a los que nos enfrentamos actualmente es el libre flujo de información, no me refiero a la libertad de expresión con esto, sino al que nuestra información fluye por las redes. Los gobiernos siguen preocupados por el impacto de plataformas como Facebook y tanto los legisladores de Australia como de Singapur están introduciendo propuestas de ley en temas como cárcel para ejecutivos de medios sociales que no moderen contenido violento rápidamente (Australia) o asignar responsabilidad a los medios sociales por la diseminación de noticias falsas (Singapur).
Este tema seguirá adelante. Ya hasta Zuckerberg pide mayor regulación a Internet considerando que necesita nuevas reglas, aunque no toda la comunidad está de acuerdo. Al final del día, el ser humano, al colaborar y comunicarse, superó a las demás especies que habitan este mundo. El reto no es menor y las modas se pegan.
Lo mismo ocurre con los mecanismos de supervisión como el que Google formó para supervisar sus proyectos de IA y lo que sus empleados opinan de al menos una persona que fue invitada a ese comité consultivo. Y no solo en ese tema, sino también en otros.
Aparentemente las corporaciones gigantes, mismas que tienen vida propia, están viendo que realizar su visión se enfrenta a nuevos retos.
Y en nuestro país el tema de la ciberseguridad toma algunos caminos legislativos, veremos que pasa al respecto ya que a como están las cosas, ese tema tiene otras implicaciones. Ya que la ciberseguridad puede terminar en solo como escusa.
Por otra parte un aplauso y “tip of the hat” a Noruega, quienes establecieron un record mundial en marzo cuando el 58.4% de todos los vehículos vendidos en el país fueron eléctricos. En dicho país, el 31.2% de las ventas de automóviles en 2018 fueron de automóviles eléctricos. Claro que el tema requiere apoyos fiscales y reglas, como la de que el país busca terminar con las ventas de vehículos que utilizan combustibles sólidos para 2025.
No me extenderé mucho más en el editorial hoy, la información sigue fluyendo y esta quiere ser libre. Y una disculpa por lo extenso de este BitCasting (y eso que deshecho aproximadamente 40% de las notas que reviso).
Termino citando un párrafo que leí en “Homo Deus”:
“En el pasado, la censura funcionaba bloqueando el flujo de información. En el siglo veintiuno, la censura inundaba a las personas con información irrelevante. Simplemente no sabemos a qué prestar atención y, a menudo, dedicamos nuestro tiempo a investigar y debatir temas laterales. En la antigüedad, tener poder significaba tener acceso a los datos. Hoy tener poder significa saber qué ignorar. Por lo tanto, considerando todo lo que está sucediendo en nuestro caótico mundo, ¿en qué debemos centrarnos?” (Página 401, Homo Deus).
Que disfruten de un excelente miércoles, a encontrar como ignorar el ruido.
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