Hace un año empecé a escuchar con más frecuencia la frase: “Internet de las cosas”, sin embargo, cuando la escuché por primera vez, me remontó a aquel comercial donde un refrigerador era tan inteligente que podía hacer la “lista del mandado” al detectar qué alimentos te hacían falta; y éste incluso, al estar conectado al Internet, podía hacer en automático el pedido al supermercado y hacerte un cargo a tu tarjeta. Realmente lo ví como algo que tardaría en llegar a los hogares, pero hoy es toda una realidad y probablemente no lo hemos notado.
El Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés: Internet of Things), consiste en que las “cosas” tengan conexión a Internet, en cualquier momento y en cualquier lugar.
Por citar unos ejemplos fáciles de entender son: una SmartTV, una cámara de vigilancia, una alarma residencial, un equipo de sonido, hasta el mismo auto; pueden estar conectados a Internet. Quizá con estos ejemplos ya se están dando cuenta que cada vez más “cosas” que no habían nacido con Internet, ahora se están conectando a Internet, incluso puedes controlar las luces de tu casa remotamente.
Si bien, el IoT no sólo está enfocado a cosas que están en los hogares, ya que existen infinidad de usos como: sensores, válvulas, tarjetas, dispositivos industriales, etc. La próxima vez que escuches: “El Internet de las cosas”, la frase ya no te será tan desconocida.
Si quieres saber más de IoT, hay infinidad de artículos interesantes en Internet, la próxima vez podrías estar leyendo uno de esos artículos en una cafetera, mientras esperas que el café esté listo.