Hasta hace algunas semanas las grandes empresas de tecnología estaban bajo el escrutinio de reguladores, legisladores y con la desconfianza de propios y extraños. Sin embargo algo pasó, sí (ya lo adivinaron) y ahora, estas grandes empresas, con grandes recursos, se han convertido en las principales aliadas de gobiernos en su búsqueda de ver que tan efectivos son los mecanismos de mitigación que han establecido.
No solo en el tema de rastreo de la movilidad mediante los datos de sus aplicaciones, en el cual empresas como Facebook, Twitter, Google y Apple producen estadísticas al respecto, sino también en el surgimiento de alianzas para poder tener API’s que permitan a los gobiernos rastreo de contactos, una de ellas es la alianza de Google y Apple para tal efecto. Y hasta me parece que estas empresas están más preocupadas por el tema de la privacidad que los mismos gobiernos.
El tema de los rastreos de contactos, no solo ocurre con apps, sino también mediante brazaletes que vibran si estás a menos de 6 pies (1.8 metros) de distancia. En Ford los están usando para el personal que está trabajando en la fabricación de ventiladores con el fin de reducir el riesgo de diseminar Covid-19 en sus fábricas al mantener el distanciamiento social.
El aislamiento social en economías como las de Latinoamérica presenta un verdadero reto, según un artículo que leí en America’s Quarterly, el cual recomiendo. Las respuestas no son sencillas, salvo el hecho de que las decisiones deben ser más transparentes y consensadas para dañar lo menos posible a estas sociedades. En resumen, el cerrar un país es un dilema moral que va más allá de definir si se ponen las vidas sobre la economía.
Los medios sociales siguen polarizando el tema sobre los datos de la pandemia en México, esperemos que pensemos más sobre lo que publicamos y compartimos. Lo que me queda claro es que la desconfianza impera, algo que muchos gobiernos se han ganado a pulso. Eso sí, los números sobre contagiados reales a nivel mundial en muchos casos son subestimados ante los asintomáticos y solo el tiempo permitirá tener mejores datos al respecto.
Lo que es un hecho es que todavía existen muchas incógnitas al respecto del coronavirus, mismas que se irán despejando, sin embargo, no preveo que la “normalidad” sea como antes, tal y como ya lo he mencionado. Para un panorama sobre los escenarios en temas del consumidor, pueden ver este reporte de EY. Y para el tema de tecnología pueden ver este artículo en The Economist titulado: Por qué el coronavirus acelerará la cuarta revolución industrial, el tema de la colaboración es central, así como la transparencia y claro que la ciencia. Con decirles que hasta esperan que los hábitos de compra de los millennials cambien.
Así mismo un grupo de científicos llamado Scientists to Stop Covid-19 ofrece a la Casa Blanca 4 propuestas accionables y apartidistas para producir terapias y vacunas seguras y efectivas para COVID-19 en el menor tiempo posible, y reabrir la sociedad de una manera que reduzca el riesgo de futuros brotes de COVID-19, pueden leerlo aquí.
Por otra parte, como ya lo han notado, las noticias sobre tecnología se han reducido en volumen (salvo en lo relacionado a seguridad de la información ya que los ciberdelincuentes andan muy activos, por lo que a no bajar la guardia), así que aunque no como en otras áreas, la pandemia tendrá efectos en el sector de TI. Por cierto, habrá que darle seguimiento a esta empresa: BlueDot, pequeña empresa canadiense que estuvo entre los primeros en detectar el brote de coronavirus mediante un algoritmo de inteligencia artificial.
Y pueden decirme negativo, pero creo que no hemos visto todavía todo lo que la pandemia nos puede dejar, falta Brasil, que amenaza en convertirse en el centro del brote en América Latina (tiene 220 millones de habitantes y no cuenta con una estrategia de mitigación a nivel federal), Africa y sí, los campos de refugiados. Por otra parte, es claro que al menos en nuestro gobierno, el tema de la digitalización no está en la agenda y más si vemos que todavía se tienen juntas de secretarios de estado en persona y las conferencias de prensa también son presenciales.
El tema de la seguridad en las aplicaciones de videoconferencia ha crecido, creo que todo es un “trade-off” así que a ver como sacar el mejor provecho de estas herramientas en esta época, claro que conociendo sus riesgos y administrándolos. No existe lonche gratis (bueno, no en todas partes).
Que disfruten de un excelente miércoles.
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