Esta semana, un buen amigo me compartió una nota de un artículo publicado en la sección de negocios de la versión en línea de un medio impreso sobre un producto de “nanotecnología” orientado a la protección de dispositivos de cómputo. Al leer la nota me di cuenta que algo no sonaba nada bien.
Esto me recordó que debemos siempre tener presente el tema del “snake oil” o como comúnmente se dice : “no todo lo que brilla es oro”.
En esta época en donde la innovación y estar delante de los demás parece significar todo y en la que existe una cantidad de dinero importante para invertir debemos recordar que la ciencia, aunque no la comprendamos, sigue siendo ciencia y que no porque utilicemos términos como “patentado”, “secreto industrial”, “nanotecnología” debemos creer ciegamente en lo que nos presentan en los medios. Lo mismo aplica para lo que nos llega por WhatsApp y redes sociales. Al final del día, todos tienen su agenda, misma que no conocemos.
El pensamiento crítico, que no es lo mismo a criticar, debemos desarrollarlo. Es cierto, pueden existir buenos productos y buenas nuevas tecnologías, sin embargo existen leyes físicas que no debemos olvidar. Aquí algunas herramientas para desarrollar el pensamiento crítico:
El principal reto es que los malos productos pueden parecer buenos productos y no debemos solo creer en base al producto terminado (si es que existe). Para ello podemos tomar en cuenta algunos signos de advertencia cuando se nos presenta el producto:
Estos signos de advertencia no son suficientes para separar lo bueno de lo malo, sin embargo son un punto de inicio.
A nuestros amigos reporteros les solicitaría que cuando se encuentren con compañías que hacen este tipo de soluciones “mágicas” primero vean la patente sobre la que la empresa basa su solución, luego investigar con expertos en el área y al final decidir si publicar o no la no la nota, ya que como dice un amigo “se están haciendo vehículos de un posible fraude si se acaba vendiendo la chumina esa”.
Actualmente muchas empresas están inmersas en una competencia por tener los productos más innovadores, además de que existen emprendedores que quieren recibir inversión, es por ello que debemos estar alerta a los espejitos. Van a decirme que soy muy conservador, la realidad es que no soy así. Solamente debemos medir el riesgo de lo que nos ofrecen.
Más ahora que todo mundo habla sobre el Internet de las Cosas y que para los que ya tienen tiempo en el tema de dispositivos existe mucho “snake oil” en el mercado. Muchos están poniendo miles de millones en este tema sin entender que es lo que en realidad el mercado necesita.
Solo veamos que no es tan sencillo el tema, tanto que Tony Fadell de Nest ya dejó a Goggle (Alphabet) en donde tenía acceso a presupuesto casi ilimitado.
Al final del día estamos en una época de exuberancia, que me recuerda la del “dot com” y todos conocemos en lo que terminó. Además mucho de lo que existe está basado en crecimiento no determinado por el mercado sino por otras fuerzas. Las emociones se contagian, por ello debemos estar conscientes de nuestros sesgos cognitivos.
Que tengan un buen resto de la semana.
Referencias: