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De análisis y otras cosas CITI Value in Real Time —

Escrito por David Treviño | marzo 26, 2018

Este pasado fin de semana dos notas tuvieron amplia cobertura en los medios digitales de los “interwebs”: El escándalo Cambridge Analytica-Facebook y el accidente de un vehículo de Uber en donde resultó un peatón muerto.

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Respecto al incidente relacionado con el hecho de que Cambridge-Analytica mantuvo información de una investigación sobre perfilado de usuarios de Facebook en base a una prueba de personalidad (unos 50 millones, basados en doscientos mil y pico de perfiles de Facebook), el tema tomó relevancia en los medios por la relación existente entre Trump y Cambridge Analytica. Algunos analistas indican que parte del éxito de la estrategia de campaña de Trump se debió al uso de medios sociales (aunque para otros este tema ha sido exagerado). En ella dos equipos, uno formado por Cambridge Analytica (con financiamiento de Robert Mercer y conocimiento de Steve Bannon) y el otro formado in-house por su yerno (con base en San Antonio), pudieron encontrar el sentimiento de los electores y además dirigir los mensajes de Trump a los grupos de interés, con un mensaje adecuado para cada grupo y con un mensajero diferente y apropiado para cada audiencia (cualquier parecido con Tatis y Poncho puede ser pura coincidencia).

Al final del día no fue una violación de datos, sin embargo, me deja claro que no es necesario que Facebook escuche por el micrófono del celular o de la computadora para conocerte, no lo necesita ya que en dicha plataforma los usuarios dejan más de ellos mismos que lo que conscientemente quieren (y además los demás también dejan sobre lo que tu eres). Para Facebook, según un articulo publicado en BBC, aparentemente ya todo irá de bajada. La realidad es que no lo creo, ya que nuestros sesgos cognitivos hacen que Facebook sea atractivo para nuestra psique.  Además de que parece que los “Likes” dicen mucho de nosotros, al menos a los investigadores.

Abro paréntesis (

En base a una rama de teoría económica, conocida como Public Choice, el impacto del voto informado es casi nulo, ya que el votante casi no tiene oportunidad de determinar el resultado de una elección y por ello el votante es en gran parte ignorante de los temas políticos y además que esta ignorancia es racional, aparentemente la recompensa del elector para estar informado es muy pequeña. El otro tema es que los grupos minoritarios bien organizados tienen un mayor impacto en el resultado de una elección, por lo que entender sus problemas, prometerles una solución se vuelve más rentable, es por ello que el tema de conocer el sentimiento de estos grupos y dirigirles un mensaje apropiado se vuelve muy importante, es decir, es más rentable su voto. Cada uno tiene su teoría, pero a mi esta me parece lógica. De allí la importancia de lo que sucedió en el tema de CA-Facebook.

Lo cierro )

El impacto del “affaire” Cambridge Analytica-Facebook se dejó ver el pasado lunes con la caída del precio de la acción de Facebook, que de paso llevó a Nasdaq a una caída.

El otro tema del pasado fin de semana fue el del vehículo autónomo de Uber que en Tempe, Arizona atropelló y mató a un peatón. Uber suspendió sus pruebas en diversas ciudades (los detalles dentro de este resumen). El asunto que se maneja es ¿Quién tuvo la culpa? y ¿el costo de la regulación puede acabar con el tema de vehículos autónomos? Hasta el momento no existe evidencia de que el vehículo de Uber haya tenido la responsabilidad. Sin embargo, abre todo un debate sobre la responsabilidad y la regulación en estos temas.

Probablemente lo que necesiten los norteamericanos es una agencia de protección de datos, sobre todo con el tema de Facebook, Twitter, similares y conexos.

Ambos incidentes, a mi juicio, reviven el debate de la regulación para las grandes empresas de tecnología y el “poder” que tienen sobre la información que llega a nuestras vidas.

El tema de la transformación digital seguirá. Desde procesadores del tamaño de un grano de sal (con el poder de un X86) que IBM está desarrollando, hasta procesadores especializados en IA, todo será sujeto de transformación. El gran reto como siempre está en el software.

En una cultura, como la de Silicon Valley donde el riesgo y la falla forman parte de la cultura, es necesario poner este tema en perspectiva. Recordemos que Silicon Valley nace del riesgo, del talento, de un ecosistema donde el capital recompensa la agresividad y el hacer cosas nuevas y diferentes (casi siempre lleno de testosterona). Y además es un magneto para el talento, bastante difícil de replicar en otras latitudes.

La economía de esa región ha producido empresas cuyo valor de mercado conjunto excede los trillones de dólares, además de que es un magneto para el talento de todo el mundo (casi tres cuartas partes de la fuerza de trabajo en Silicon Valle es extranjera). Como dice uno de los co-fundadores de WhatsApp (quién en su juventud vivió de “Food stamps”): “En ningún otro lugar del mundo WhatsApp se podría haberlo hecho funcionar” y vaya que los inicios de WhatsApp tuvieron piedritas en el camino.

El debate sobre cuál es la responsabilidad y consecuencias que las empresas de tecnología tienen seguirá, así como que tanta regulación requieren. Por lo pronto para los legisladores europeos el tema será muy importante.

La regulación requiere de una visión y un control inteligente. Requiere gente conocedora y además debemos recordar que el que no arriesga no gana.

Soy de la idea que los vehículos autónomos y los vehículos eléctricos serán parte de nuestro futuro, así como los “gemelos digitales”, es decir, aquello que tendrá su contraparte en el mundo digital (claro que habrá que ponerle cerebro al asunto para que no sea un clon solamente, sino que genere valor).

El reto de los vehículos autónomos y eléctricos está en si en realidad la gente los querrá y que tanto estamos dispuestos como sociedad a acepar las implicaciones de esto.

Que tengan un muy buen día.

P.D. El caso de la prohibición de Roku en México para mi sigue siendo una de esas cosas que me confunden en extremo sobre las autoridades de este país. Es como si no pudieras comprar una PC porque existe software pirata. De plano nos hace falta mucho. Además de que en los periódicos de circulación nacional en sus avisos de ocasión se siguen vendiendo los aparatos con las apps que son el verdadero culpable, si las autoridades quisieran acabar con el verdadero problema, ya hubieran hablado a los números telefónicos donde ofrecen el “Roku abierto”.